20 Aug Lactancia: un regalo que nos beneficia a todos
Nada se compara con la emoción que siente una mujer al enterarse que está embarazada. En ese mismo momento junto a esa enorme emoción vienen un sinnúmero de dudas e inquietudes. Nos preguntamos que necesitamos para recibir debidamente a la nueva vida, el nombre que le vamos a poner y muchísimas cosas más. Algunas se preocupan por el tipo de asiento protector que necesitaran y otras por quién cuidará del bebé mientras está fuera del hogar trabajando. Sin embargo, pocas se preocupan por el tipo de alimentación que recibirá su bebé. Esto es debido a que culturalmente hemos sido indoctrinadas a ver la alimentación infantil artificial como opción a la hora de proveer una alimentación adecuada.
Mientras que la leche artificial ha sido utilizada por años y “cumple” su propósito, no es secreto que también acarrea un grave riesgo a la salud pública. Son muchas las enfermedades que suelen ser promovidas por el uso de la leche artificial como asma, diabetes, cáncer, alergias, enterocolitis necrotizante, etc. También está comprobado que NO es la mejor opción para el bebé humano cuya única forma biológica de alimentación es la leche humana.
El ciclo de la mujer gestante consta de 4 partes esenciales: embarazo, parto, amamantamiento y destete. Estos eventos van uno detrás del otro y si no consideramos el amamantamiento como parte integral del postparto femenino estamos rompiendo el ciclo natural de toda mujer. Aunque la lactancia ha sido trivializada, cada vez son más los estudios que concluyen que es parte esencial del desarrollo del ser humano en etapas tempranas. Como dato curioso, es el ser humano el único mamífero que decide ofrecer la leche de un mamífero inferior a sus crías en vez de ofrecer la suya propia. Hoy día las tasas de lactancia son relativamente bajas comparadas con las tasas de alimentación artificial. Esto debido a diversos factores como la creencia firme en mitos que afectan el establecimiento de la lactancia, falta de apoyo a la madre que decide lactar y desconocimiento de la fisiología normal del amamantamiento entre otros. La realidad es que las mujeres que no pueden amamantar por causas reales conforman el 1% de la población mundial.
Los bebés lactados tienen menor incidencia de Síndrome de muerte súbita infantil, menor incidencia de asma e infecciones de tracto respiratorio, menor incidencia de infecciones de oído, problemas digestivos y eczema. La lactancia también puede proteger al bebé contra ciertos tipos de cáncer. La Academia Americana de Pediatría recomienda amamantar por un mínimo de un año mientras que el resto de las organizaciones salubristas internacionales como Organización Mundial de la Salud lo recomiendan por dos años. No existe un tiempo límite impuesto por estas organizaciones para lactar un bebé, de esta manera, el destete debe de ser voluntario y guiado por el infante.
La lactancia materna también beneficia a la mujer reduciendo su riesgo de cáncer de útero y de ovarios y también disminuye el riesgo de diabetes. No cabe duda que toda madre quiere lo mejor para sí misma y sus hijos e hijas. También se ha comprobado que es el deseo de la gran mayoría de las madres el poder amamantar a sus criaturas y brindarle como único sustento la leche materna.
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