La Violencia Obstétrica es Violencia de Género

En noviembre se conmemora el día de evitar la violencia en contra de la mujer. Se habla de todos los tipos de violencia contra nosotras, pero todo el mundo parece ignorar un tipo de violencia consentida que ocurre diariamente, la violencia obstétrica. Se le llama violencia consentida porque desde pequeñas se nos enseña a aceptarla. “No grites en el parto para que las enfermeras no te maltraten”. “Lleva contigo un pañito para que no grites”. “El doctor es el que sabe y tú tienes que hacer caso, aunque no te guste”, etc. La violencia obstétrica envuelve cualquier conducta, por acción u omisión, realizada por personal de la salud que afecta el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres, como el trato deshumanizado, la medicalización injustificada y la patologización de procesos que son naturales.

Según la Organización Mundial de la Salud, un gran número de mujeres a nivel mundial sufre tratos degradantes, irrespetuosos y ofensivos durante el trabajo de parto. Este tipo de acciones amenazan la seguridad e incluso la vida tanto de la parturienta como del bebé. La violencia obstétrica envuelve el aspecto físico como por ejemplo: que no te dejen comer, moverte libremente, que te obliguen a parir en una posición que no deseas, que no te permitan acompañante, que intervengan personas que no has autorizado a estar allí, que te traten físicamente con dureza o te sometan a intervencionismo innecesario sin tu consentimiento y mucho más. Conlleva también aspectos emocionales como que critiquen tu cuerpo, que te infantilicen, que no te hagan parte del proceso y te hagan sentir anulada y que no tienes control de tu cuerpo, que te digan que te vas a morir o que tu bebé puede morir si no accedes a tal o cual tratamiento y también se extiende al bebé cuando este es sometido a intervenciones innecesarias, exámenes no consentidos, se le priva de alojamiento en conjunto, la leche de su madre etc.

El parto conlleva un gran aspecto emocional que merece honra y respeto. Tú y sólo tú eres y debes ser la protagonista del mismo y jamás deberías ser sometida a sufrimiento innecesario sólo por el hecho de que estás embarazada o estás de parto. Como bien dijo Michel Odent: “para cambiar el mundo, primero hay que cambiar la forma de nacer” y no es casualidad de que la violencia que vivimos hoy día guarda relación cercana con el escenario donde cotidianamente recibimos vida de este lado del mundo.

¿Fuiste víctima de violencia obstétrica? No estás sola. Lamentablemente muchas llevamos esa marca impuesta innecesariamente. Habla de tu experiencia con otras mujeres, hazte escuchar, visita grupos de apoyo y nunca minimices eso que ocurrió. ¿Estás embarazada? Te invito a que comiences por educarte muy bien para que sepas lo que es el intervencionismo y cómo puedes apoderarte de tu parto para que evites ser un número más. Educarte te servirá para saber también cómo escoger un buen proveedor de servicios que reconozca que existe para formar un equipo contigo y que es un proveedor que está para guiarte con conocimiento y no para imponer sus métodos. El parto es para vivirlo y disfrutarlo. Es un evento que debe ser hermoso para toda mujer. No permitas que te lo roben de manera violenta. La violencia obstétrica también es violencia de género. El parto es tuyo. ¡Defiéndelo!

Jezel Alméstica (Jay) (BD, PPD, CBE)

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