La importancia de parir en movimiento

La imagen típica que se viene a la mente cuando se habla de una mujer pariendo, es aquella donde la mujer esta tumbada sobre su espalda en una cama de hospital.

¿Estás de acuerdo?

Sin lugar a dudas esto es lo que se nos presenta en la mayoría de las series, películas y demás imágenes populares. También es la manera en que seguramente parieron tu mamá, tus tías o tu abuela.

Es muy raro para quien no está familiarizado con el tema, incluso imaginar a una mujer que mientras esté de parto, ande caminando, duchándose, sentada en el piso o menos entrando y saliendo de una piscina llena de agua tibia. Veamos a continuación la importancia del movimiento durante el trabajo de parto.

La pelvis, es la protagonista del parto ya que es a través de ella donde el bebé halla su camino hacia este lado del mundo. Al fomentar el movimiento de la pelvis junto con la ayuda del bebé, este conjunto de huesos se mueve y se transforma para facilitar su paso. Es una danza delicada. Un baile secreto entre el cuerpo de la madre y el de su cría.

Muchas veces como doulas observamos que de repente la parturienta cambia abruptamente de posición durante una contracción para luego instintivamente ponerse de cuclillas en la próxima y tumbarse sobre su pecho de pie apoyada en la cama unos minutos más tarde. Todo esto es parte de la dinámica natural y necesaria que ocurre cuando la mujer tiene libre movimiento mientras está en labores.

Otro punto importante de parir en movimiento es el factor gravedad. Seguramente si tomas cualquier objeto y lo recuestas en tu mano, no pasará nada pero al segundo que mueves la mano de seguro verás cambios. Igualmente, una mujer que es obligada a permanecer acostada durante el trabajo de parto estará utilizando la gravedad en su contra en vez de utilizarla a favor.

Cuando le preguntamos a las mujeres por regla general, cuál te resultó la posición más incómoda, la respuesta suele ser “NO soportaba estar acostada”. Claro, este no es el caso de todas, incluso muchas otras encuentran alivio acostadas, pero nuevamente, debe ser algo instintivo y todo tiene su razón de ser. La misma Organización Mundial de la Salud recomienda que se le permita a la mujer escoger la mejor posición para ella y su bebé durante el trabajo de parto y el nacimiento.

Siempre confiamos en que la mujer sabe instintivamente cuáles posiciones asumir y en qué momento hacerlo, pero para que esto ocurra es necesario que se encuentre en un ambiente sin restricciones. No cabe duda que ser portadoras y promotoras de este mensaje donde la mujer se vuelve total protagonista de su proceso, es un gran privilegio que nos permite ser felices testigos de la maravilla que es el parto natural y humanizado.

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